martes, 16 de marzo de 2010

A CADA FINAL HE DE ENCONTRAR UN PRINCIPIO

En mi búsqueda de lo anterior he de tener sumo cuidado en no olvidar los detalles que dan origen al desenlace, pues de hacerlo todo el trabajo posterior, es decir, anterior, se vería dañado. Comencemos

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    Algo más sobre el amigo. Hace algunos meses que se han conocido, por casualidad en una organización de consumidores, haciendo unas reclamaciones contra los abusos de una compañía de telefonía.  

    ¿Por qué la llamó Beatriz, llamándose Verónica. Fue instintivo, algo de dentro le hizo llamarla con desesperación con ese nombre como si lo tuviese dentro, como si hubiese intuido, inconscientemente que debía gritarlo para salvarla. Él no sabía porqué. Había leído mucho esa noche. Todo era confuso y se mezclaba la fantasía con la realidad en esa noche tan larga y apasionante.

    ¿Cómo es que su amigo tiene su “secreto”. Horas antes, es decir, durante la noche anterior no había podido dormir. Había pasado toda la noche leyendo unos documentos e interpretando un mapa, un mapa infantil. Al alba, cerca de la mansión donde se encontraba, bien escondido y protegido, se encontraba un pequeño cofre, que pudo recuperar.

    ¿Qué es lo que les hace tan felices?. Han descubierto algo que les ha hecho recordar tiempos felices. Tiempos compartidos.

viernes, 12 de marzo de 2010

AUN NO SE LO QUE ES...

Verónica, tras abandonar su coche, se acerca, despacio, con la mirada ida, como un zombi, con desesperación en el alma, o mejor, como sin alma, al puente de hierro (en Dúrcal, por el que antiguamente pasaba el tren).
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    Su intención es tremenda. Hace algún tiempo estuvo allí con algunos amigos haciendo puenting. La altura es impresionante. Hoy va con la intención inequívoca de arrojarse al vacío. Va convencida y sin dudas. Morirá con toda seguridad, pero no aparenta tener ningún miedo. Ni siente ni padece. Es entonces cuando aparece, corriendo hacia ella su amigo, el que hace tiempo la ayudó, y grita con fuerza su nombre una y otra vez. Ella no lo oye. El final parece irremediable. Tras varias llamadas desesperadas e infructuosas, David, grita con toda el alma: "BEATRIZ ", ante lo cual, por fin reacciona Verónica. Parece como despertar, y se vuelve hacia él, atontada e incrédula. David se le acerca corriendo, y le dice al oído: todo a terminado, el Sr. X ha sido detenido y yo tengo tú "secreto". Esa noticia hace que de inmediato se apague aquella amargura interior que le iba a hacer perder la vida. Llora entonces, pero de alegría, una alegría progresiva y abraza con fervor a su amigo mientras carcajean ambos, contemplando su "secreto". FIN.